miércoles, 20 de febrero de 2008

La ética, como estilo de vida.









Hemos olvidado que en la conciencia universal, somos parte de todo.
Dra Susana Magos Fuentes

En estos días de tanta prisa, donde todo pasa sin que siquiera nos demos cuenta, parecería que estamos actuando siempre con la conciencia de buscar el bien personal, familiar y social. Pero pregunto, ¿hay muchas personas que se despiertan con el solo propósito de hacer daño a quien se cruce en su camino?, no dudo que los hay; pero quisiera creer que son los menos, claro, en forma consiente, pero habrá que detener o bajar las revoluciones a las que nos movemos para poner mas atención a cada acto individual, desde que abrimos los ojos cada mañana, poner nuestra atención a cada pensamiento o sensación que tenemos al realizar nuestro aseo personal, cuales son los sentimientos con los que caminamos por la vida.
¿A que viene todo esto?, bueno pues empezamos siendo solo un individuo en medio del universo, inmerso en una ciudad cada vez mas caótica, en la que hay que luchar para sobre vivir, una sociedad donde hay que competir, y sobe salir para poder llegar a donde queremos, o para cumplir las expectativas de terceros, y así conquistar el “éxito” o la “felicidad”. Y aquí es donde empiezo a cuestionarme ¿donde esta la ética en todo este cuento?, ¿en realidad vivimos con sentido ético en lo que realizamos a cada paso de nuestra vida?, ¿sabemos lo que es ético y lo que no?, ¿Será únicamente no romper las normas de vialidad y de las buenas costumbres?, ¿que pasa en nuestro entorno aun sin salir de casa?, ¿vivo con una ética personal real?, ¿Y de que forma me siento en mi actuar anónimo aun cuando nadie me mire?.
Habrá que definir lo que es ética, y podremos determinar si tiene algo que ver con todos estos cuestionamientos que me hago.
Ética1, del latín ethica, filosofía moral, del adjetivo ethos costumbre o hábitos, que proviene del griego ethikos cuyo significado es Carácter. Tiene como objetivo la moral y la acción humana, de lo correcto y lo incorrecto, de lo bueno y malo, de lo obligatorio y lo permitido.
Una ves aclarado el concepto, podremos decir si tenemos un estilo de vida acorde a un actuar ético o no, y esto va relacionado con el momento histórico y social en el que cada individuo se desarrolla, pues lo que es licito o permitido socialmente en una época no lo era tiempo atrás, y así me viene una nueva pregunta ¿la ética va cambiando con el tiempo o con la realidad social?...
Creo que ya son muchas interrogantes y con un sin fin de posibilidades de respuesta y cada una opuesta entre si. Por tal motivo me parece importante abordar en este ensayo, a la ética desde punto individual, ya que es desde aquí donde una sociedad puede encontrar su evolución, además de que podríamos empezar a crear un impacto individual en cuanto a la educación en los valores éticos, y diferenciarlos de la moral social de la época, pues muchas veces lo moralmente aceptado en una sociedad no es éticamente correcto, ejemplos, puede haber muchos pero iniciemos con nuestro actuar en un momento tan corriente como es cepillarnos los dientes cada mañana.
¿Y por que eso? Bueno pues es algo tan personal, donde nadie podría estar presente en el baño para poder corroborar si lo hacemos correctamente, si dejamos la llave del agua abierta durante cinco minutos mientras usamos o no el hilo dental, y después de todo ¿a quien le perjudica o le beneficia mi cepillado de dientes?, bueno pues solo a mi me dolerán las muelas si no lo hago, pero debemos contemplar otras repercusiones de mis actos en cuestiones éticas, como tirar el agua y ser vehículo de infecciones, eso si afecta a terceros aun cuando yo misma asuma las consecuencias de mis actos u omisiones.
Pero podríamos ir mas lejos al iniciar la interrelación social con nuestras familias, aun sin salir de casa, pues como dijimos arriba en la definición, la ética es el actuar correcto, que forma el carácter, lo cual implica una disciplina cotidiana, en nuestro pensar, actuar y vivir como seres sociales que somos.
Cuantos de nosotros hemos aprendido actos o rutinas transmitidas por nuestros padres desde la niñez, como actos normales o naturales, y por esa razón las calificamos como correctas, pues han formado parte de nuestra vida cotidiana, transmitida por parte de un adulto, al cual nos inculcaron respetar y obedecer ya que es quien indica lo que es bueno o malo para nosotros, pero cabe mencionar la sensación interna, probablemente innata de sentir que algo no anda bien, o por lo menos no me hace sentir bien, esa vocecita que nos dice al odio que eso me incomoda, y no me hace feliz. Por ejemplo, tirar basura por la ventanilla del auto cuando viajamos en carretera, por que mi padre no quiere sucio su carro nuevo.


Y hablando de esa vocecita, podríamos llegar a dejarla de percibir en la medida que estos actos se hacen mas frecuentes y en cada aspecto de nuestra vida, al no hacer fila en un cine, no dar el paso a un peatón, tomar un dulce de un compañero mientras nadie nos mira, y la lista podría continuar mientras somos niños en formación, y así llegaremos a ser adultos que seguiremos inculcando ese actuar alejado del bien hacer, del bien tener, del bien pensar y del bien sentir, alejado del camino del correcto proceder, el cual esta implícito en la naturaleza humana.
De todo esto podríamos llegar a parar en las formas de educación que se imparten en casa, en la calle, en las escuelas, en la sociedad en general, donde nos hemos olvidado de la conciencia universal de que todos somos parte de todo, y en la medida que hagamos conciencia de esto, podremos tener la capacidad de distinguir el correcto actuar, llegar al pensamiento hábil que difunde el budismo, de hacerlo un estilo de vida y no como una moda, o como un temor a la represión, a las consecuencias legales o religiosas que pudiera implicar, no actuar en consecuencia de que si es o no un pecado tal o cual acto; sino mas bien como una necesidad vital como lo es respirar, sin la presencia de un juez permanente vigilando nuestro actuar, o nuestro pensar; aun que el único testigo de esto seremos nosotros mismos, y como tal tendremos una sensación positiva ante nuestro vivir cotidiano en armonía con nuestro pensamientos y emociones.
Es tiempo de educar, es tiempo de ser ejemplos vivos a cada paso que damos, como individuos, como profesionales, como alumnos, como parejas, en cada papel que desempeñamos al interactuar con el mundo. Pongamos atención a los actos del cuerpo, de la mente y del habla, para poder tener una vida ética, como cuando cuidamos nuestra salud, vigilamos nuestra alimentación y realizamos un ejercicio para conservarla, así debemos incorporar la ética a nuestro cuidado diario personal, logrando repercutir a todos los niveles, irradiando una sensación de plenitud social y universal desde que despertamos hasta que vamos a la cama, tocando las vidas de cada ser que se cruce en el camino.
Somos médicos comprometidos con una ética profesional inculcada desde la universidad, que podríamos ejercer hábilmente en nuestro campo laboral, pero cuantos al salir del consultorio, al quitarnos las batas, parece que se nos olvida el principio universal del respeto a uno mismos y al mundo que nos rodea, caemos en la tentación de pasarnos una luz roja, estacionarnos en un lugar prohibido tan solo unos minutos por no caminar unos cuantos pasos, el ganar un lugar en el cine brincando personas, y así podría continuar la lista hasta llegar a nuestra casa, con nuestras familia y amigos; creo que ya es hora de hacer autoconciencia y trabajar en la claridad de pensamiento y con la intención de ser una persona sana con un estilo de vida ético y saludable.

1.-Pequeño Larousse Ilustrado ,1990 5ª reimpresión.

1 comentario:

DRA EDNA A SOTOMAYOR C dijo...

hola Susana
excelente blog,muy interesante
felicidades